Tras cumplirse un año de la declaración de la cultura sidrera asturiana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO , el sector celebra «un impulso significativo» en su visibilidad y en las cifras de mercado , aunque los líderes coinciden en que el verdadero impacto se verá a medio y largo plazo, condicionado por la resolución de retos estructurales clave.

Jorge García , presidente del Consejo Regulador de la Sidra de Asturias, destacó que, si bien los cambios estructurales son lentos, el reconocimiento ha generado un «hit positivo» en la divulgación y la conciencia pública. Así como un incremento de las ventas.

Incluso García explica que para el 2026 se espera un crecimiento cercano al 10% en las ventas de botellas etiquetadas por la DOP sidra de Asturias, e

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