Por: Luis Efrén Delgado Eraso , Presidente de ASOINAGRO

En las montañas verdes y en las llanuras fértiles de Colombia se cultiva algo más que alimentos: se cultiva esperanza. Millones de familias campesinas dedican sus días al trabajo de la tierra, sosteniendo con su esfuerzo gran parte de la economía nacional. Sin embargo, detrás de esa labor silenciosa, se oculta una realidad cruda y persistente: la informalidad laboral en el sector agropecuario.

Este fenómeno, que atraviesa transversalmente al campo colombiano, no solo perpetúa la desigualdad rural, sino que también frena la productividad y el desarrollo integral de las regiones.

Según el DANE, la tasa de informalidad laboral en el sector rural supera el 84%, mientras que en las zonas urbanas ronda el 56%. Esto significa que solo

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