La aerolínea estatal colombiana Satena ha anunciado la suspensión de sus vuelos a Venezuela, citando "interferencias" en los sistemas de navegación. Esta decisión se produce en un contexto de tensiones crecientes, tras los recientes bombardeos de Estados Unidos en el Caribe y las amenazas de una ofensiva terrestre. Desde septiembre, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha intensificado su campaña contra el narcotráfico, sugiriendo que las aerolíneas internacionales deben considerar el espacio aéreo venezolano como "cerrado". Como resultado, varias compañías han cancelado sus vuelos, dejando a Caracas prácticamente aislada en el continente. Satena, que operaba dos vuelos semanales a Valencia, la tercera ciudad más grande de Venezuela, ha indicado que la suspensión se debe a "reportes de interferencias en los sistemas de navegación satelital", lo que representa un "riesgo operacional". Además de Satena, otras aerolíneas como Copa Airlines y Wingo han suspendido sus vuelos por dos días. También se han sumado a las cancelaciones temporales Iberia, Air Europa, Plus Ultra, TAP, Avianca, GOL, Latam y Turkish Airlines. Esta decisión de Satena contrasta con la postura del presidente colombiano, Gustavo Petro, quien ha afirmado que no hay peligro en volar a Venezuela. Petro sostiene que Trump no tiene "derecho" a vetar los vuelos. La ofensiva de Trump contra el narcotráfico ha resultado en la muerte de más de 80 personas, lo que ha llevado a la familia de un pescador colombiano fallecido en un bombardeo a denunciar al gobierno ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Por su parte, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha afirmado que el verdadero objetivo de los ataques es derrocarlo. La situación sigue en desarrollo, y se espera que haya más reacciones en los próximos días.