La piel de un bebé es fina y mucho más reactiva que la de un adulto, por lo que cualquier roce o producto puede marcar una diferencia inmediata. Entre pañales, toallitas y baños diarios, la rutina de higiene se vuelve un punto sensible.

Por eso, al elegir un champú o jabón, la suavidad real importa tanto como la accesibilidad del precio. No todos los productos que prometen ser “delicados” lo son , y ahí es donde conviene mirar más allá del envase.

La diferencia entre un producto y otro está determinada por los ingredientes activos y la ausencia de sustancias irritantes . Y, en ese sentido, muchas veces la reputación de la marca es garantía de confianza.

Pero elegir con criterio no solo implica mirar el precio: hay que conocer qué componentes conviene evitar y cuáles realmente cuid

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