Firmó dos contratos idénticos por 6.2 millones de pesos con una empresa intermediaria de vales de combustible, pero que no vende combustible, pese a ser el órgano encargado de vigilar el gasto público.

Mientras exige transparencia a los demás, la ASEY despilfarra recursos en esquemas opacos que contradicen su función fiscalizadora.

Es inexplicable esta cantidad gastada, ya que su parque vehicular es reducido, su operación es eminentemente de oficina y su labor de campo es mínima.

Redacción/Sol Yucatán

La Auditoría Superior del Estado de Yucatán, el organismo que presume vigilar con “rigurosidad técnica” el uso del dinero público, se convirtió en un comprador compulsivo de gasolina y vales electrónicos.

Entre 2024 y 2025, la ASEY adjudicó dos contratos idénticos por un total de 6 mil

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