Las autoridades lograron debilitar la capacidad logística y financiera de una de las estructuras del narcotráfico más activas en el oriente antioqueño, exactamente en San Carlos.

La ofensiva fue resultado de un trabajo coordinado de inteligencia militar y la acción directa en la zona, como las Tropas del Batallón Especial Energético, el Batallón Contra el Narcotráfico, el Comando Aéreo de Combate y la Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional.

El operativo logró la destrucción de siete laboratorios, que generó pérdidas por más de 550 millones de pesos. Los espacios pertenecían a la subestructura Pacificadores Samaná del Clan del Golfo.

La magnitud del golpe se refleja en la gran cantidad de material y precursores químicos incautados y destruidos.

Fueron incautados más de 120 k

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