Por Itzel Chan

M ÉRIDA, MX.— El feminicidio de una niña de 12 años en Izamal conmocionó al estado y volvió a encender las alarmas sobre la violencia extrema contra mujeres y niñas en Yucatán. El presunto agresor, su padrastro, la agredió sexualmente antes de asesinarla. Las autoridades mantienen activo el protocolo de búsqueda para dar con su paradero.

Con este caso, Yucatán suma siete feminicidios en 2025 y tres homicidios en razón de parentesco, para un total de diez muertes violentas de mujeres en lo que va del año. En todos los casos, señalan activistas, los agresores han sido hombres cercanos: esposos, hijos, parejas o padrastros.

Colectivas feministas advirtieron que este crimen “indigna y duele porque pudo evitarse”, y recordaron que la violencia intrafamiliar y la violencia sexual mantienen a Yucatán entre los primeros lugares nacionales.

“Nos sigue faltando educación sexual y afectiva, programas de prevención y atención que actúen antes de que sea demasiado tarde”, señalaron.

También alertaron que estas muertes, aunque estremecen al momento, suelen olvidarse rápidamente: “Nombrarlo es necesario; exigir justicia es urgente. Garantizar que ninguna niña vuelva a ser asesinada es una obligación del Estado y de toda la sociedad”.
Diputada pide transparencia y seguimiento puntual a la investigación:

En sesión legislativa, la diputada Maribel Chuc Ayala (Morena) lamentó el crimen y expresó solidaridad con la madre de la víctima.
“Una niña de apenas 12 años fue víctima de feminicidio después de sufrir abuso sexual. Su presunto agresor es alguien cercano, alguien que debía protegerla”, señaló.

Afirmó que desde el primer momento, el Ayuntamiento de Izamal y el Gobierno del Estado activaron los protocolos correspondientes para atender el caso y garantizar que la investigación se realice con rigor legal y técnico.

Detalló que continúa la búsqueda del presunto feminicida en coordinación entre la Policía Estatal de Investigación y la Dirección de Seguridad Pública Municipal.

“Es fundamental informar con claridad. Lo sucedido merece ser atendido con seriedad, sensibilidad y un compromiso absoluto de justicia”, sostuvo.

La diputada recordó que existen 31 centros libres para la atención de mujeres en situación de violencia, pero reconoció que los avances institucionales no bastan si la sociedad no acompaña:
“Debemos escuchar, creer y actuar cuando veamos señales de riesgo. Un reporte a tiempo puede salvar una vida”.

Llamado urgente: prevención y no más indiferencia

La legisladora insistió en que la violencia contra mujeres y niñas requiere prevención real, protección efectiva y una respuesta institucional sin omisiones.
“Las mujeres tenemos derecho a vivir libres y seguras. A nuestras niñas les debemos un Estado donde crecer sin miedo. Libres y vivas nos queremos”, concluyó.

Mientras tanto, activistas reiteran que este caso no debe normalizarse ni diluirse con el tiempo: “Hoy hablamos de una niña de 12 años. Mañana, para muchos, será una estadística más. No lo podemos permitir”. ( Noticaribe )