Un nuevo estudio revela que usar teléfonos inteligentes desde edades tempranas —antes de los 12 años— se asocia con un mayor riesgo de problemas de salud como obesidad, trastornos del sueño y depresión. Entre los jóvenes participantes, quienes comenzaron a usar un smartphone antes de los 12 mostraron una subida considerable en la probabilidad de desarrollar esos problemas.

Los investigadores advierten que, aunque estos dispositivos ofrecen ventajas como conectividad y acceso a información, su uso temprano y sin supervisión puede alterar hábitos de sueño, reducir la actividad física y elevar la exposición a contenidos estresantes o estimulantes. Todo ello contribuye a desequilibrios físicos y emocionales.

Además, el fenómeno conocido como “vamping” —quedarse despierto usando pantallas has

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