A diferencia de las turbulencias en la Universidad Nacional Autónoma de México, los problemas –ahora crecientes— en el Instituto Politécnico Nacional caen directamente en el regazo del secretario de Educación en turno (en este caso el ausente Mario Delgado), porque el instituto técnico carente de todo tipo de autonomía, es administrativamente una escuela más, dependiente de la SEP.

Si el secretario administrativo, Javier Tapia, se ha metido en un berenjenal posiblemente sin salida y esté jurídicamente separado de su cargo --aun cuando se le haya dado indebida oportunidad de concluir el año y garantizar “su derecho al mínimo vital y (sus) prestaciones en materia de Seguridad Social”--, no produjera un clima de por sí grave, ahora la Fundación Politécnico. A.C., le dispara una denuncia pena

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