Richard Gere volvió a poner sobre la mesa uno de los episodios más discutidos de su trayectoria al hablar, en una entrevista con la revista Variety, del veto informal que lo mantuvo alejado de los Premios Oscar durante casi 20 años. El caso, retomado también por medios internacionales, ha reactivado la discusión sobre los límites del discurso político en Hollywood.

El incidente ocurrió en 1993, cuando el actor fue invitado a presentar el premio a dirección de arte. En lugar de ceñirse al guion, utilizó el espacio para denunciar violaciones a los derechos humanos en el Tíbet y exigir al gobierno chino detener los abusos. La intervención fue considerada una ruptura del protocolo, lo que derivó en un castigo no oficial: la Academia dejó de invitarlo de manera recurrente hasta su reaparición

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