Jadille Mussa

Académica Arquitectura del Paisaje, U.Central

Se acerca un verano que, más que esperado, parece anunciado. Los pronósticos advierten olas de calor extremo intercaladas con descensos bruscos de temperatura y lluvias frías. Donde el calor intenso podría extenderse hasta marzo de 2026. No se trata solo de cifras meteorológicas, hablamos de cómo estos cambios climáticos afectan la vida cotidiana, la salud de las personas mayores, de los niños y, también, de las plantas que nos acompañan.

Extremar los cuidados desde ahora es una forma de resiliencia. Las plantas de interior deben protegerse de los cambios térmicos, ubicándolas lejos de corrientes de aire o sol directo; si no es posible moverlas, se pueden cubrir con cortinas o telas livianas. En exteriores, donde la exposición

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