Las relaciones humanas son la base de la vida en comunidad y pueden potenciar nuestro bienestar o convertirse en una fuente de agotamiento y sufrimiento. La salud vincular exige comprensión, límites claros y un trabajo interno profundo para desactivar patrones que hieren, confunden o desgastan la vida cotidiana.

Relacionarse no es un talento innato: es una habilidad que se construye. Cada interacción, mínima o profunda, influye en nuestro bienestar psicológico y en la manera en que transitamos la vida. La actitud positiva, la escucha, la variedad de perspectivas y la capacidad de reconocer al otro como un sujeto completo son pilares que, cuando fallan, dan lugar a dinámicas nocivas.

Entre esos modos negativos de vincularse aparece lo que popularmente llamamos “ toxicidad ”. No sie

See Full Page