* Proyecto prioriza consumo humano, crea nuevas reglas para concesiones y reconoce sistemas comunitarios; oposición denuncia que el gobierno concentra el control hídrico

Ciudad de México. —La discusión de la nueva Ley General de Aguas detonó una de las jornadas más tensas del Senado en 2025. Los grupos parlamentarios fijaron posturas con diagnósticos irreconciliables: para Morena y aliados, el proyecto es una reparación histórica que frena décadas de sobreexplotación y privilegios; para PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, se trata de una ley construida de espaldas al campo, sostenida en narrativas políticas y sin una consulta real a quienes producen alimentos en México.

La minuta, enviada por la Cámara de Diputados, integra 45 artículos y dos transitorios con los que se busca regular el de

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