La tecnología y la era digital han llegado para quedarse, revolucionando constantemente todos los aspectos de nuestra vida, desde la manera en la que nos comunicamos, accedemos a la información y hasta cómo gestionamos nuestro propio dinero. En este sentido, el teléfono inteligente lidera muchos de estos cambios, pasando de ser un simple dispositivo para comunicarse a una suerte de caja fuerte personal y hasta una sucursal bancaria que cabe en nuestro bolsillo. La economía también ha ido evolucionando a medida que avanzan los tiempos, migrando hacia soluciones que no se limitan a bancos, trasladando funcionalidades a esa pequeña pantalla que usamos a diario.

Es un error pensar que esta evolución ha sido ocasionada únicamente por la búsqueda de comodidad, ya que también se ha hecho pa

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