Apoyar las llaves en la mesada apenas se ingresa a la casa puede parecer un gesto inocente, pero especialistas en organización y diseño del hogar coinciden en que este hábito cotidiano revela algo más profundo: patrones de desorden, rutinas desordenadas y una distribución poco funcional del espacio.
Según los expertos, pequeños gestos automáticos como este generan un efecto dominó que termina afectando la limpieza, la circulación y la armonía visual de los ambientes.
Un gesto mínimo que expone un problema mayor
La mesada cumple una función operativa: es un lugar destinado a cocinar, apoyar utensilios o realizar tareas concretas. Por eso, los profesionales remarcan que no debería convertirse en un punto improvisado de apoyo para llaves, billeteras o celulares.
Cuando estos objetos

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