A pocas semanas del inicio de la temporada estival, miles de familias de clase media ya están redefiniendo cómo y dónde descansar. Con la Costa Atlántica cada vez más costosa y saturada, los barrios cerrados del Gran Buenos Aires (GBA) vuelven a posicionarse como la alternativa elegida: seguridad, naturaleza, pileta privada y cero peajes interminables. Pero ese combo tiene un precio, y para este verano 2026, es más alto que el año pasado.

Según Paola Sessarego, gerente comercial de Grupo Vaccaro, la demanda “volverá a superar a la oferta en barrios cerrados con infraestructura consolidada”. Es decir: habrá competencia. Las consultas empezaron antes que nunca y, aunque en dólares la tendencia parece estable, los valores ya muestran aumentos del 15% respecto a 2025, explica Ariel José Córdo

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