En pleno siglo XIX, cuando Francia y Suiza negociaban el Tratado de Dappes para ajustar su frontera en la región montañosa del Jura, nada parecía fuera de lo normal. El documento fijaba un nuevo trazado fronterizo que, en teoría, debía aplicarse una vez ratificado. Pero los tratados avanzan lento y en ese espacio de tiempo surgió alguien que vio una oportunidad única para desafiar a dos Estados con una simple edificio .
El excéntrico edificio que moldeó la frontera de dos países: pertenece a 2 naciones
Ponthus, un comerciante local con más visión que muchos diplomáticos, descubrió que el nuevo mapa colocaría la futura frontera justo sobre un terreno disponible. No lo dudó. Antes de que el tratado fuera ratificado, levantó una tienda, un bar y un albergue exactamente sobre l

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