Organizaciones especializadas en monitoreo oceánico y atmosférico alertaron sobre una probabilidad superior al 50 % de que el planeta entre en una fase de La Niña débil entre diciembre de 2025 y febrero de 2026. Aunque se trataría de un episodio leve, su presencia puede generar cambios significativos en distintos continentes debido a su influencia directa sobre las temperaturas del océano Pacífico y los patrones de circulación atmosférica.

Los analistas climáticos explican que una La Niña débil podría ocasionar incremento de lluvias en algunas zonas tropicales , mientras que en otras regiones —como partes de Sudamérica y África— se registrarían periodos secos más prolongados . También se espera que influya en la temporada de huracanes del próximo año, favoreciendo condiciones que po

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