La crueldad comienza a ser validada por ciertos liderazgos políticos y es bien recibida por sectores de la ciudadanía que encuentran en ella una forma de orden emocional. Lo que antes habría sido inaceptable hoy se celebra, se comparte, se viraliza. La crueldad se ha convertido en una herramienta política.

El mensaje de un candidato presidencial dirigido a los migrantes irregulares ?"Se van voluntariamente o los vamos a echar", acompañado de un conteo regresivo hacia una eventual presidencia? es un ejemplo nítido. No busca resolver la crisis migratoria; busca producir miedo. Y ese miedo recae sobre personas concretas: familias que huyeron de la violencia, trabajadores que lo dejaron todo, niños que llegaron sin entender fronteras ni trámites. Al mismo tiempo, aspira a obtener apoyo entre

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