La temporada de fenómenos celestes de fin de año suele traer sorpresas, y una de las más discretas, pero constantes, es la lluvia de meteoros Púpidas-Vélidas. Aunque no figura entre los espectáculos más intensos del calendario astronómico, la curiosidad que despierta tiene una razón clara, desde países cercanos al ecuador, como Colombia, es posible apreciarla en la madrugada, cuando el radiante asciende lentamente por el cielo austral.

A diferencia de lluvias más conocidas, que tienden a concentrarse en fechas específicas, este fenómeno está compuesto por dos corrientes separadas. La primera ocurre en abril y la segunda, menos frecuente en la conversación pública, aparece en diciembre. Es esta última la que vuelve a captar la atención para 2025, especialmente por las condiciones de visib

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