Hay un nombre de bebé, femenino, de origen extranjero, que suena muy lindo pero, curiosamente, solo lo llevó una persona en Argentina desde 1938 según datos del Registro Nacional de las Personas (Renaper).
En Argentina , el uso de nombres extranjeros se ha extendido a lo largo de las últimas décadas. Esto responde a una mezcla de cambios culturales, legales y sociales.
La cultura global, el acceso cada vez más rápido a contenidos internacionales y la influencia de series, música -incluso redes sociales- ampliaron el repertorio de nombres posibles. Así, lo que antes quedaba reservado sólo para inmigrantes que querían mantener sus raíces, quedó al alcance de muchas familias que simplemente buscan opciones originales.
En este sentido la apertura legal, con la reforma del Código Civ

Diario Uno