En 1898, cuando el automóvil era todavía un invento naciente, la Exposition Internationale d’Automobiles at the Jardin des Tuileries abrió sus puertas, un evento para que unos pocos carros pudieran exhibirse ante los curiosos espectadores en una ruta circular de 23 kilómetros entre París y Versalles. Movidas por motores eléctricos y de combustión, era la oportunidad para que estas máquinas demostraran su funcionalidad y confiabilidad ante el público incrédulo.

Tres años después, en 1901, el evento fue rebautizado como la International Automobile, Cycle and Sports Exhibition, pasando a ser una muestra estática en el Grand Palais de París. Prácticamente al tiempo que sus expositores nacieron entonces los salones del automóvil.

Grandes y pequeñas, locales e internacionales, estas muestras p

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