Diciembre, más que cualquier otro mes, gira alrededor de la mesa. Las familias se reúnen, los amigos planean con anticipación las recetas para novenas, velitas, Navidad y Año Nuevo, y cada encuentro suele venir acompañado de alimentos típicos: buñuelos, natilla, lechona, postres caseros y fritos que hacen parte de la tradición. E

Ese ambiente festivo motivó a los expertos del programa de Ciencias del Deporte de la Universidad Manuela Beltrán a analizar cómo cambian los patrones de alimentación durante este mes.

A través de una encuesta, evaluaron costumbres, excesos y efectos en el cuerpo y el estado de ánimo, con el propósito de entender el impacto real del cierre de año y ofrecer herramientas para disfrutar sin culpa y sin riesgos.

Comer más es la norma

De acuerdo con los resultados

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