Frank Gehry, fallecido este viernes a los 96 años, consiguió en 1997 cambiar toda una ciudad y convertir la arquitectura en un fenómeno social con un solo edificio, el Museo Guggenheim Bilbao (norte de España), considerado un “icono” de la arquitectura moderna y un ejemplo de transformación urbana.

Gehry -que ganó el premio Priztker en 1989- ya era uno de los más prestigiosos y galardonados arquitectos del mundo cuando recibió el encargo del Guggenheim Bilbao, pero fue este edificio el que le convirtió a él en una celebridad mediática y a la arquitectura en el nuevo objeto de deseo de los políticos para transformar sus ciudades, no solo urbanísticamente, sino también económicamente.

El arquitecto canadiense-estadounidense murió hoy en su casa en la localidad californiana de Santa Mónica

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