La peste porcina africana es una de las enfermedades más graves , debido a su facilidad de transmisión y elevada mortalidad. Los afectados son los cerdos domésticos y los jabalíes, pero no los humanos, incluso aunque consuman carne procedente de animales infectados. A diferencia de la peste porcina clásica, no existe una vacuna que inmunice a los animales. Cuando la enfermedad entra en una granja, excepto si las cepas tienen una escasa virulencia, casi todos los gorrinos acaban muriendo en pocos días.

La enfermedad se transmite por contacto directo entre animales vivos (sangre, heces, orina, saliva) y con cadáveres de cerdos y jabalíes. También puede propagarse a través de alimentos infectados (restos de comida, carne de porcino cruda, jamones y otros embutidos), objetos contaminado

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