La sabiduría japonesa es rica en analogías que aportan luz sobre la convivencia y las relaciones humanas. Una de las frases que encapsula la esencia del compromiso mutuo sostiene que: "Las parejas deben ser como las manos y los ojos: cuando duele la mano, los ojos lloran, y cuando los ojos lloran, las manos secan las lágrimas".
Este proverbio trasciende la simple idea de apoyo; describe una simbiosis orgánica, un reflejo incondicional del dolor y del consuelo. La mano y el ojo, aunque son órganos diferentes con funciones separadas, están intrínsecamente conectados por un mismo sistema nervioso central. En la sabiduría japonesa , esta interdependencia se proyecta sobre la pareja, que no debe ser vista como dos entidades separadas que simplemente coexisten, sino como un solo sis

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