A la victoria de anoche se le pueden poner detrás un montón de adjetivos. Es posible que trascendental le quede un poco grande, en todo caso el tiempo dirá si ejerce de resorte e impulsa al Athletic para rescatarle de la mediocridad en que se había instalado. Desde luego, fue importante, oportuna, reparadora, meritoria, emocionante por el modo en que se gestó, con el único gol muy cerca ya de la conclusión; una victoria que irradió felicidad por toneladas que se repartieron por las gradas, las casas, los bares, por allí donde se siguiese un partido que auguraba emociones fuertes. Se ha de reconocer que la cita había adquirido un enorme valor desde la perspectiva del anfitrión y el desenlace sin duda iba a dejar huella, fuese el que fuese. Resultó maravilloso: son tres puntos que

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