El último capítulo en la historia entre Shakira y Gerard Piqué no llegó desde un escenario musical ni deportivo, sino desde un terreno mucho más íntimo, la convivencia como padres. Tras años de distancia, tensiones públicas y silencios prolongados, ambos retomaron el contacto directo, algo que no ocurría desde hacía tiempo.

La noticia empezó a circular después de que se conociera la venta definitiva de la mansión que compartieron en Barcelona, una propiedad que ahora pertenece al futbolista Lamine Yamal. Ese movimiento inmobiliario, según fuentes cercanas divulgadas por medios españoles, habría sido el punto de inflexión para que la cantante barranquillera y el exdefensa del Barcelona dejaran atrás los intermediarios y volvieran a hablar por su cuenta.

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