El kirchnerismo se rompió . Lo aceptan sus dirigentes. Tal vez eviten decirlo en público para no herir susceptibilidades. Pero lo asumen con la resignación que imprime la crueldad de la política. Nada es eterno. Nadie es eterno. Cambian las caras, los contextos, las necesidades, la llegada a las masas. El kirchnerismo ya no es la fuerza que supo ser en el comienzo del milenio. Hay un proceso político que terminó.

Lo que hoy existe, según expresan quienes integran el mundo K, es una concentración de la ideología, el sentir y la forma de ejercer el poder que tuvo el kirchnerismo, en la figura de Cristina Kirchner y en la agrupación La Cámpora, que conduce Máximo Kirchner. Sangre pura. Familia. La identidad K.

“¿Qué es el kirchnerismo hoy? Es La Cámpora por sobre todas las cosas. Porque C

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