Pedro Sánchez empezó la semana reconociendo incumplimientos de su Gobierno con Junts per Catalunya y la termina pidiendo perdón por no actuar con celeridad en el caso de acoso sexual que afectaba a un dirigente de su confianza, Paco Salazar. Está muy bien que el presidente del Gobierno asuma sus errores en público y haga acto de contrición, como ya hizo cuando se conocieron las investigaciones que afectaban a José Luis Ábalos y a Santos Cerdán. Y también podrían tomar buena nota algunos dirigentes del PP que se han pasado un año defendiendo a Carlos Mazón y aún es hora de que emitan alguna disculpa pública por haber apoyado al “cojonudo” dirigente valenciano.

Dicho lo cual, las disculpas no pueden ocultar el problema

de fondo: algo falla en la organización socialista y en el propio Gobie

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