La inmaculada percepción

El evangelio extraviado

Vianey Esquinca

En algún punto de la historia reciente, Andrés Manuel López Obrador decidió que era buena idea echarse encima una cruz del tamaño de la Pirámide del Sol y poner como pilares de su movimiento el célebre “no mentir, no robar, no traicionar”. Le agregó la austeridad republicana, la justa medianía y 99% de honestidad.

Esta semana, como si el universo político quisiera burlarse del expresidente recién reincorporado a la vida pública, aparecieron evidencias que demuestran que la guía moral del tabasqueño se ha estrellado contra el muro de la realidad, porque los morenistas y sus aliados han decidido que esos mandamientos sean sólo sugerencias de comportamiento.

Sólo por citar los ejemplos más recientes, está el caso de Alex

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