La semana pasada hablábamos en este mismo espacio a cerca del “poder de la narrativa”. Hoy toca revisar el capítulo siguiente: el poder que no sólo controla el relato, sino que administra las divisiones, fractura a sus opositores y se fortalece en un país cada vez más disperso y silencioso. Las anotaciones sobre estrategia, no podrían ser más claras: no enfrentes a todos a la vez, divídelos y vencerás. Y nada describe mejor la estrategia política del gobierno federal en este momento.

Así tenemos que mientras México discute y aprueba la nueva Ley General de Aguas, el aumento del salario mínimo o la reforma de las 40 horas laborales, debajo de esas decisiones se mueve un patrón más profundo: la concentración del poder, la reducción de contrapesos, el debilitamiento de los intermediarios y l

See Full Page