La llegada de un nuevo vecino puede generar buenas expectativas y emoción al pensar quiénes serán esas personas que llegan al barrio. A veces, éstas se cumplen; otras veces, hubiese sido mejor que la casa permaneciera tapera.

Juan Aldo Umazano *

Cuando hacía los mandados pasaba por esa casa que estaba tapera.

Una mañana, serían las ocho cuando paró un auto y se bajaron dos hombres y una mujer; el hombre que venía de acompañante, sacó una llave y abrió la puerta de entrada. Seguramente querían saber sus comodidades y el estado del baño y la cocina. Las paredes de afuera estaban pintadas de azul y blanco. Esos colores serían porque el dueño anterior era hincha de Racing.

Si era hincha de Boca, seguramente la hubiese pintado de amarillo y azul. En las últimas elecciones, la casa la habían

See Full Page