Miles de personas se reunieron en la plaza para asistir al encendido del árbol de Navidad en Belén , lo cual significó un momento de profunda emoción y un gesto sencillo, marcando el regreso de una tradición profundamente arraigada en la ciudad.

Luego de dos a ños sin decoraciones y con celebraciones reducidas al mínimo, en señal de solidaridad hacia la población de Gaza, Belén volvió a iluminarse.

Cristianos, musulmanes, familias, niños, scouts, representantes diplomáticos y periodistas internacionales se dieron cita para dar comienzo a una de las fiestas más esperada y sentida por toda la comunidad. También se encontraban los frailes de la Custodia de Tierra Santa, entre ellos Fray Rafael Tayem, párroco de Belén, y Fray Francesco Ielpo, Custodio de Tierra Santa.

Aunque el

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