Hay que vivir la vida como si fuera el primer día.
Florestán.
La corrupción siempre ha parecido ser una exclusiva de los políticos y funcionarios, sin los cuales, es cierto, sería imposible.
Pero se evita mencionar el otro elemento esencial sin la que sería irrealizable: los empresarios.
Juntos agarran la pata de la vaca y la matan, complicidad sin la que la muerte del bovino, como la corrupción, sería imposible. Son la conjunción perversa y perfecta de esa podredumbre.
Los privados buscan lavarse la cara y acusar a los políticos sin que estos acusen a sus cómplices empresariales, porque eso los llevaría a la delación de esa complicidad criminal.
A lo largo de los años hemos conocido esa asociación delincuencial en la que los políticos buscan el poder económico y los ricos el poder p

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