“Ese encuentro no se tenía que haber producido y fue un error”. La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, ha admitido que la reunión que mantuvo en un restaurante madrileño con Paco Salazar, el exasesor de Pedro Sánchez, que unos meses antes fue cesado por denuncias de acoso reveladas por elDiario.es, no fue acertado, aunque inicialmente se limitó a enmarcarlo en el plano personal.

Un mes más tarde de esa cita y después de que este periódico haya publicado el contenido de las denuncias que llevaban más de cuatro meses en un cajón de Ferraz, la ministra de Educación ha dicho que tanto ella como su partido sienten “dolor, indignación y traición”. “Ese dolor no es similar ni comparable con el que pueden sentir las víctimas, que son a las que hay que ayudar y acompañar hasta que culmine esta investigación”, ha dicho Alegría.

No obstante, Alegría se ha justificado en que las relaciones familiares, con amigos o compañeros de trabajo están llnas de “profundas decepciones”, aunque ha admitido que son “secundarias” respecto a las denunciantes. “Lo importante es estar al lado de las víctimas, acompañarlas y llevar hasta el final” la investigación.

La portavoz del Gobierno ha insistido en que Salazar fue cesado de manera inmediata cuando en julio se conoció la existencia de las denuncias por acoso. No obstante, en un principio, ella defendió a Salazar al asegurar que era un hombre “íntegro”.

En ese mismo sentido se ha pronunciado sobre el cese de quien fue mano derecha de Salazar en Moncloa , Antonio Hernández, a quien las denunciantes apuntan como paraguas de la conducta del exdirigente socialista. “Desde ese primer momento, desde que se conoce el contenido de esta denuncia, los responsables directos de esta persona, el señor Hernández, se pusieron en contacto con él para trasladarle y explicarles que la situación era absolutamente insostenible y descolocante”, ha explicado.

elDiario.es publicó el domingo la información relativa a la colaboración de Hernández con Salazar y fue entonces cuando Sánchez y su jefe de gabinete, Diego Rubio, de quien dependía jerárquimente, decidieron prescindir de él como como director del departamento de Coordinación Política en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno. La destitución se ha hecho efectiva en el Consejo de Ministros de este martes. No obstante, Alegría no ha respondido a si la intención de Moncloa es ampliar la investigación a otros altos cargos que pudieron tener connivencia con la actitud de Salazar.

La portavoz también ha recordado que los socialistas actúan con “contundencia” en cuanto tienen indicios de conductas corruptas o de acoso, en referencia también a los casos del exministro José Luis Ábalos o Santos Cerdán.

Preguntada por si Moncloa es un lugar seguro para las mujeres que allí trabajan, Alegría ha contestado: “Por favor, por favor. Aquí trabajan y han trabajado y trabajarán siempre muchos hombres y mujeres grandes profesionales, muchos de ellos además, servidores públicos y desde luego, creo que trasladar o intentar lanzar un mensaje de ese calado es profundamente injusto y desde luego que no se corresponde en absoluto con la realidad”.

“Muchas veces cuando se señala a los entornos, creo de verdad que los entornos con las personas que puedan estar al lado de ciertas personas en determinados momentos de su trayectoria profesional, no son los responsables de las conductas reprochables y reprobables que una persona pueda tener”, ha apostillado.

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