El Tribunal Supremo ha condenado al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz , en una sentencia que se resume en un principio fundamental: el fin no justifica los medios . El Alto Tribunal considera que no se puede cometer un delito para defenderse de una información, incluso si esta no es veraz, sentando un precedente sobre los límites de la actuación de la Fiscalía.

Una filtración "demostrada"

La primera clave del fallo es que la Sala considera demostrado que la Fiscalía filtró datos confidenciales . El tribunal apunta a un "cuadro probatorio, sólido, coherente y concluyente" para afirmar que fue García Ortiz o "una persona de su entorno inmediato y con su conocimiento" quien entregó a la prensa el correo del abogado de Alberto González Amador donde admitía un fraude fi

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