Por MORIAH BALINGIT
WASHINGTON (AP) — Poco después de que el presidente Donald Trump asumiera el cargo en enero, el personal del preescolar bilingüe CentroNía comenzó a practicar qué hacer si agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) llamaban a la puerta. A medida que el ICE se fue convirtiendo en una presencia regular en su vecindario históricamente latino este verano, los maestros dejaron de llevar a los niños a parques, bibliotecas y áreas de juego cercanas que antes eran consideradas una extensión del aula.
Y en octubre, la escuela canceló su apreciado desfile del Mes de la Herencia Hispana, para el cual los padres inmigrantes vestían a sus hijos con trajes tradicionales y camisetas de fútbol de sus países de origen, po

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