El Gobierno de Nicolás Maduro desplegó una ofensiva discursiva contra el Comité Noruego luego de que el Premio Nobel de la Paz recayera en María Corina Machado, figura central de la oposición venezolana. Desde Caracas, las principales voces del oficialismo cuestionaron la legitimidad del galardón, calificaron la ceremonia en Oslo como un “fracaso” y convocaron a una movilización masiva para reforzar la narrativa oficialista.

La vicepresidenta Delcy Rodríguez fue una de las más duras. En declaraciones transmitidas por la televisión estatal ironizó sobre la ausencia de Machado en la ceremonia y aseguró que el evento “parecía un velorio”, insistiendo en que el premio está “desprestigiado”. Su reacción llegó en medio del impacto internacional que generó el reconocimiento y la salida clandesti

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