Ningún niño o niña nace violento, aprende a serlo

Jesús Sesma Suárez

El ejercicio de la violencia no es una conducta natural en ningún ser humano. Ningún niño llega al mundo sabiendo golpear, humillar o herir. La violencia se aprende y, con mayor frecuencia de lo que quisiéramos admitir, se enseña en el único espacio que debería ser refugio: el hogar.

De acuerdo con estudios de la Unicef sobre violencias en la primera infancia, la exposición a disciplinas violentas, que pueden ir desde gritos, humillaciones, amenazas, hasta castigos corporales, no sólo deteriora el desarrollo socioemocional, sino que incrementa la probabilidad de que los niños reproduzcan comportamientos violentos hacia otros niños y adultos. En tal sentido, la agresión se vuelve un lenguaje aprendido, un modo de resolv

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