Con pies descalzos, de rodillas y el corazón lleno de fe, millones de peregrinos acuden a la Basílica de Guadalupe cada 12 de diciembre para agradecer a la Morenita del Tepeyac por cada milagro cumplido a lo largo de año.

En México, las mandas mezclan lo indígena y lo católico, el sacrificio como ofrenda y el cuerpo como puente, una manifestación de gratitud y fe que miles de feligreses realizan tras superar una batalla personal.

“La manda más que nada es venir a pedir por la familia, salud y bienestar (...) Que todo en la familia salga bien, que nos vaya bien en la vida”, contó José Damián, peregrino que acudió a la Basílica de Guadalupe cargando la figura de la morenita de 40 a 50 kilos.

Cada paso, es un agradecimiento: Las promesas que transforman el cuerpo en ofrenda

Aunque el cami

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