La tensión entre Washington y Caracas volvió a escalar luego de que Estados Unidos confirmara la incautación de un petrolero frente a las costas venezolanas , una maniobra que la administración de Donald Trump presentó como parte de una ofensiva contra barcos que transportan crudo sancionado. El propio mandatario afirmó que se trataba de “un buque muy grande, el mayor jamás incautado”, y deslizó que “están pasando otras cosas”, sugiriendo que nuevas acciones ya están en preparación.

Diversos reportes internacionales dieron cuenta de que el barco interceptado —identificado como Skipper en publicaciones de la prensa estadounidense— forma parte de la llamada flota en las sombras, utilizada para mover petróleo venezolano hacia destinos como China o hacia puertos donde se triangulan cargas

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