La tragedia del asesinato de Shelsy Michel Navarro Ojeda, la niña de 3 años hallada dentro de un saco de café, escaló a un nivel de horror sin precedentes en Mingueo, La Guajira.

La rabia y la indignación de la comunidad llevaron a la ejecución de un hombre señalado, sin juicio ni pruebas oficiales, como el presunto responsable del crimen.

El individuo, cuya única prueba en su contra para el pueblo era haber vivido en la casa donde fue encontrado el cuerpo de la niña, fue interceptado, golpeado y retenido por los vecinos.

“Aquí no lo van a soltar”: fue la respuesta de los habitantes a la Policía, que intentó intervenir para solicitar la entrega del retenido y evitar que la confrontación escalara.

En un acto de justicia por mano propia que rebasó los límites de la ley, el destino del so

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