Kiko Hernández está atravesando uno de los momentos más complicados de su vida. Las autoridades de Melilla han cerrado el negocio que regenta junto a su marido Fran Antón en la ciudad autónoma. Primero, supimos que el actor se había encadenado a las puertas del establecimiento y ahora, se ha sumado el colaborador de televisión que, además, ha denunciado amenazas graves.

«Por motivos que no puedo decir y que desconozco, nos han clausurado el local. Dicen que no podemos hacer nada, ni siquiera entrar a por nada», ha explicado Antón en sus redes sociales quien ha defendido que la licencia «todavía está vigente». «He decidido quedarme aquí, en la puerta, porque teníamos un mes de mucho trabajo y eventos por delante, y es la única solución que veo. La Justicia no está de nuestra parte, entonce

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