El 12 de enero de 1824, encontrándose en Pativilca (Perú) el Libertador, con el carácter de dictador que le había atribuido el Congreso de dicho país, dictó un decreto mediante el cual se establecía la pena de muerte para quienes peculasen “de diez pesos para arriba”.

“Honrados, aunque enemigos”

En 1827 el Libertador escribe una carta lapidaria, en la cual muestra su desesperación ante la ineficiencia y desfalco sobre la precaria hacienda pública de la Gran Colombia, sometida al manejo de defraudadores: “Las malas leyes y una administración deshonesta”, dice, “han quebrado la República”, concluyendo en que “se debe emplear hombres honrados aunque sean enemigos”.

Bolívar en Perú

Para comienzos de 1824, Perú vivía un terrible drama político interior, entre cuyos signos destacaban la dise

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