El metro de Barcelona se ha convertido en uno de los puntos negros de la seguridad en la ciudad. La presencia de carteristas y pequeños delincuentes es constante, mientras que la vigilancia policial resulta escasa y los guardias privados disponen de pocas herramientas para frenar estas conductas. En este contexto, muchos usuarios han optado por organizarse por su cuenta para intentar frenar los hurtos. Son grupos de voluntarios que recorren los andenes y vagones siguiendo de cerca a quienes consideran sospechosos, con el objetivo de disuadirlos o frustrar un robo. En ocasiones, además, registran en vídeo sus intervenciones para denunciar públicamente la situación y despertar conciencia social.
En las últimas horas se ha difundido masivamente una grabación en la que uno de estos grupos ciu

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