El encendido de ‘cuetes’, castillos y bombas es parte esencial del imaginario festivo en Oaxaca. Forma parte de celebraciones patronales, comunitarias y familiares que han pasado de generación en generación.

Sin embargo, con la llegada de la temporada decembrina, esta costumbre vuelve a mostrar su rostro más crítico: explosiones, daños materiales, heridos y un miedo latente a que ocurra una tragedia mayor. La falta de prevención, regulación deficiente y el manejo irresponsable mantienen encendida una alarma social que parece no ser escuchada.

TRADICIÓN PROFUNDA, PREVENCIÓN AUSENTE

En Oaxaca, difícilmente existe festividad que prescinda de la pirotecnia. Bodas, cumpleaños, bautizos, mayordomías, confirmaciones y procesiones patronales recurren a ella como símbolo de celebración.

Su uso,

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