Aquí estamos de nuevo con la segunda parte de nuestro reportaje especial sobre el transporte público, una de las arterias vitales de nuestra ciudad. Si en la entrega anterior vivimos la realidad del pasajero, hoy nos ponemos del lado del volante para conocer la otra cara de la moneda, la vida del «pueblo conductor».

La ciudad apenas empieza a despertar cuando para José Linárez ya han pasado varias horas de trabajo. Con 35 años dedicados al transporte público de Barquisimeto, y 18 de ellos fiel a la Ruta 5 , José es un testigo viviente de los altibajos de este oficio. Su unidad es más que un autobús; es una oficina, un comedor y, a veces, una sala de espera.

Acompañamos a José en su primer turno, en ese recorrido de más de 10 kilómetros que conecta el Este con el Oeste de la ciudad.

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