Cuando llega el frío , el cuerpo nos pide algo que nos nace casi automático: más manta, más edredón, calcetines gordos y hasta sudadera. La lógica es “si tengo calor, duermo mejor”. Pero muchas veces pasa justo lo contrario. Taparse demasiado es un hábito bastante común en invierno y, aunque parezca cómodo al principio, puede acabar haciendo que duermas peor , te despiertes más veces o te levantes con sensación de cansancio.

El calor excesivo corta el sueño

Para dormir bien, el cuerpo necesita bajar un poco la temperatura interna . Es parte del mecanismo normal del sueño y cuando anochece, el organismo se enfría ligeramente para entrar en modo descanso. Si te tapas demasiado, esa bajada no ocurre bien y al cuerpo le cuesta mantener el sueño profundo. Te duermes rápido porque está

See Full Page