Donald Trump firmó una orden ejecutiva destinada a crear un estándar federal que regule la inteligencia artificial (IA) en Estados Unidos, con el objetivo de evitar que cada estado imponga sus propias normativas. Esta medida apunta a centralizar y simplificar el marco regulatorio para facilitar la innovación y evitar obstáculos legales a las empresas tecnológicas.

Actualmente, existen 50 regímenes regulatorios diferentes, uno por cada estado, lo que genera complejidad para startups y firmas del sector, además de riesgos de sesgos ideológicos en las regulaciones locales. Trump argumentó que “mi Administración debe trabajar con el Congreso para garantizar un estándar nacional mínimamente gravoso, y no 50 estándares estatales discordantes”.

El decreto instruye a la fiscal general, Pam Bondi

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